Una vez obtenida información sobre la situación del objeto
de análisis debemos abrir un proceso de reflexión entre el equipo responsable
de la elaboración del plan. Mediante este proceso se identifican las
implicaciones que la situación actual y los cambios esperados pueden tener en
la evolución futura del objeto de análisis. En concreto se deben identificar:
·
Las amenazas: aquellos factores que influyen o
pueden influir negativamente en la competitividad futura del objeto de análisis
y en la consecución de los objetivos que establezcamos.
·
Las oportunidades: aquellos factores del entorno
que influyen o pueden influir positivamente en la competitividad futura del
objeto de análisis y en la consecución de los objetivos que establezcamos.
·
Las
debilidades: aquellas características del objeto de análisis que afectan o
pueden afectar negativamente a su competitividad futura.
·
Las
fortalezas: aquellas características del objeto de análisis que afectan o
pueden afectar positivamente a su competitividad futura.
Este diagnóstico de
la situación se suele presentar en un documento denominado matriz D.A.F.O., en
el cual se recogen de forma clara y concisa las principales debilidades,
amenazas, fortalezas y oportunidades identificadas en el análisis estratégico.
Según como se redacte cada factor, la matriz se puede presentar en tres
formatos diferentes.
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