Pareciera
ser un tema trillado en el que muchos empresarios, vendedores, asesores,
teleoperadores han perdido la confianza, o quizás lo prefieren dejar olvidados
en el algún rincón. Pero la realidad es que el mundo ha cambiado y no deja de
cambiar a diario. Las ofertas de productos y servicios son cada vez más amplias
y variadas en cuanto a empresas que ofrecen sus servicios y/o productos,
ventajas competitivas entre ellas, impacto publicitario de las imágenes
corporativas e inclusive los paquetes salariales suelen en muchos casos estar
en competencia para atraer el mayor número de personas y poder realizar
selecciones de personal más cualificado, considerando que en el mercado laboral
cada vez hay un mayor número de personas con potencial para cubrir esas
vacantes. Es por esto que las necesidades del cliente son un parámetro de
decisión para las empresas modernas que supera las previstas por los
departamentos especializados y como prueba de ello podemos ver el ejemplo de
los Reality Shows televisivos, en donde la votación del público es quien en
definitiva selecciona al personaje ganador independientemente de lo que este
pueda ofrecer bajo los parámetros del los expertos del mercado. Escuchar lo que
el cliente tenga que decir, aunque sus deseos o necesidades puedan parecer
absurdas y poco apegadas al servicio o producto que ofreces, puede ayudarte a
enfocar tu presentación hacia el camino correcto.
Saber identificar las ventajas de lo que ofrezco en relación a las
necesidades del cliente
Nos
ayudará a personalizar nuestro servicio y/o producto, a individualizarlo y
generar una sinergia entre el cliente y el asesor. Cuando escuches al cliente
comienza a pensar en cuáles características del servicio y/o producto que
ofreces encajan con las solicitadas por el cliente. El proceso no es sencillo
ya que consiste como en un rompecabezas en armar todas las piezas que parecen
no tener sentido, para luego dar forma a la misma imagen que el cliente tenía
en su mente, inclusive mejorada. Esta labor es tuya, se requiere de creatividad
y paciencia. Un ejemplo que describe esta situación la logró un vendedor de
seguros cuando un cliente le dijo que no podía comprar su póliza porque estaba reuniendo
el dinero para la fiesta de matrimonio de su hija. Por más que el vendedor le
mostraba las ventajas de las coberturas y de lo ventajosas que estás podrían
llegar a ser si las necesitaba, el cliente no prestaba atención y seguía
comentando lo costoso que resultaban las fiestas de bodas en estos tiempos. EL
asesor quien al principio trataba de obviar estos comentarios, entendió que realmente
al cliente le preocupaba el hecho de reunir el dinero para la fiesta y en ese
momento le comentó “señor se ha puesto a pensar en que si a usted le sucediera
algo nadie pudiera hacerse cargo de los gastos de la fiesta de su hija”. EL
cliente compró el seguro. Este es un ejemplo que muchas personas pueden
considerar extremo, pero en realidad el cliente no encontraba ningún beneficio
en el seguro hasta que lo vio enfocado en este ejemplo, en su necesidad inmediata.
Si bien no esperamos que al cliente le ocurra nada, los seguros protegen y
disminuyen los riesgos económicos, y lo que hizo el vendedor fue armar su
rompecabezas con todas las piezas relacionadas con las necesidades de su
cliente.
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