7. Las Necesidades y
Motivaciones de los/las clientes
Por Qué compra la
gente.
Como
tantas veces se ha dicho, la gente compra para satisfacer sus necesidades.
Esta afirmación puede parecer insólita. Seguro que nos estamos
preguntando, ¿qué necesidad cubre la compra de una corbata de lujo, cuyo precio
es hasta ridículo por excesivo? ¿No se satisfaría esa necesidad con otra
corbata, tal vez más estética y de mucho menor precio? ¿Qué motivación puede
tener el/la vendedor/a de esa hipotética corbata para venderla, si su
competencia cubre la misma necesidad a menor precio y posiblemente con más
efectividad?
Para
contestar estas preguntas es interesante descender a la raíz del problema, es
decir, de donde provienen las necesidades de las personas.
Posiblemente
ya has oído hablar más de una vez de la teoría de Abraham H. Maslow. Este
psicólogo judío norteamericano, de origen ruso, en 1956 postuló una teoría muy
difundida en el ámbito del marketing y que lleva el nombre de "escala de
motivaciones de Maslow" o “pirámide de Maslow”.
Para este pensador, todo
ser humano se motiva según sus necesidades. Esto, traducido al concepto de
compra, significa que comprará según éstas necesidades.
La escala de Maslow define que las necesidades humanas se
establecen en escalones y que los seres humanos no se ocupan de las necesidades
del escalón superior mientras no pueden satisfacer las del inmediato inferior
La escala de Maslow (del nivel inferior al superior) es la
siguiente:
A.-
Necesidades Básicas o Fisiológicas
Son
aquellas que hacen referencia al comer, beber, descansar, abrigarse, sexo, etc.
Son muy dispares según de qué sociedad estemos hablando. Así pues, para un
indio que habite de modo tradicional, sus necesidades básicas no se parecen en
nada a las de un occidental nacido en un país desarrollado.
Para cubrir estas necesidades básicas, las personas compran
comida, bebida, calzado, vestido, etc. Y compran no sólo por lo que nutren,
visten, abrigan, sino también condicionadas por el medio social.
El indio de
nuestro ejemplo tendrá la necesidad básica de unas sandalias hechas con un
pedazo de cuero y varias tiras para abrochárselas, y el/la obrero/a alemán/a de
unas gruesas botas forradas de lana.
B.-
Necesidades de Seguridad y Estabilidad
El/la
individuo/a que ha satisfecho sus necesidades básicas, tenderá a la seguridad y
a la estabilidad.
Esto quiere decir que intentará mantener cubiertas sus
necesidades básicas para siempre.
Para cubrir esta necesidad, el/la individuo/a comprará una
vivienda, ahorrará, invertirá, adquirirá habilidades profesionales, suscribirá
un seguro de vida, cotizará a una mutualidad u otra institución para asegurarse
la vejez, etc. Todo esto, evi-dentemente, es compra.
C.-
Necesidades de Pertenencia
Una
vez cubiertas, en alguna medida, las necesidades anteriores, el ser humano
sentirá la necesidad de mantener relaciones interpersonales, de integrarse en
un grupo social, crear una familia, tener hijos/as, amigos/as, etc.
Para enamorar a la posible novia, ingresar en un determinado grupo
o club, se comprará una corbata de lujo, irá a la peluquería, adquirirá
determinada ropa, determinados productos de aseo e higiene personal y una
vivienda más lujosa.
D.-
Necesidades de Auto-Aprecio y de Reconocimiento:
El
individuo tenderá a aumentar su competencia y su posición, tenderá a adquirir
suficiencia, confianza frente a los/las demás, independencia y libertad.
También tenderá a buscar el reconocimiento y los cumplidos de otros.
Para lograrlo adquirirá multitud de productos que son símbolos de
status: coche, marca de cigarrillos, reloj, frecuentará determinados bares,
restaurantes y hoteles, se comprará una vivienda aun más lujosa, etc.
E.-
Necesidades de Auto-Realización:
Son
fundamentalmente necesidades éticas, estéticas y culturales. El individuo,
sobre todo a una edad algo avanzada, verá aparecer este tipo de necesidades si
las anteriores han sido cubiertas en alguna medida. Tenderá a auto-realizarse,
es decir a hacer aquello para lo que está dotado y le gusta, a ser cada vez
mejor.
También
aquí comprará muchas cosas: cultura, arte, conocimientos técnicos, pensamientos
filosóficos y religiosos. Asimismo personalizará los productos que cubren sus
necesidades anteriores, comprándolos según un concepto estético personal.
La
teoría de la escala de Maslow se ve claramente por ejemplo durante una guerra.
Los habitantes de la zona afectada ponen en peligro sus vidas, contraviniendo
la necesidad de seguridad, saliendo de sus refugios en busca de alimentos. Debían
satisfacer una necesidad de un nivel inferior, la fisiológica de supervivencia.
Con toda seguridad, a nadie que se encuentre en esta situación se le pasará por
la cabeza adquirir productos que pertenecen a un escalón superior.
¿Nunca
has oído a alguien, que apenas utiliza el coche, decir que había comprado un
Mercedes Benz por razones de confort o seguridad pasiva, cuando realmente su
necesidad era de autoestima?, ¿o por el deseo de pertenecer a un cierto grupo
social?
Hemos
dicho que la gente compra para satisfacer sus necesidades. Pero habitualmente,
los/las clientes no son conscientes de sus propias necesidades y por tanto no
las manifiestan de forma clara. Sin embargo, todos convivimos con ellas, o sea,
tenemos problemas, carencias, insatisfacciones, etc.
En
el caso de las empresas cuya actividad no les exige que vayan a buscar
clientes, como por ejemplo los comercios, se cuenta con una gran ventaja
respecto a otros sectores: es el/la cliente quien toma la iniciativa de visitar
nuestro establecimiento u oficina para encontrar lo que busca. Esto significa
que él/ella reconoce que tiene una necesidad. Aunque en muchas ocasiones, tiene
más necesidades de las que cree o distintas de las que cree.
Nuestro
trabajo, como profesionales del Servicio al/a la cliente, consiste en
identificar esos problemas del/la cliente, desarrollarlos hasta que el/la
cliente reconozca sus necesidades y por último mostrar como nuestro producto o
servicio puede satisfacerlas.
De
esta manera conseguiremos que sea el propio cliente quien desee comprarnos para
satisfacer sus necesidades.
No es
correcto hablar de “crear necesidades” en los/las clientes; las necesidades no
se crean (ni el marketing puede hacerlo), las necesidades existen, bien en
estado latente, bien de forma manifiesta.
El profesional debe hacer que se
manifieste todas las necesidades durante la entrevista. En cambio, y esto es ya
más complicado, es la identificación de las motivaciones lo que para satisfacer
su necesidad va a hacer actuar al/a la cliente en nuestro favor.
El secreto está, pues, en identificar las necesidades reales y las
motivaciones de nuestro/a
interlocutor/a, lo que nos dará pie a buscar
argumentos específicos que demuestren como podrá satisfacerlas con la solución
que le proponemos, para que aparezca el deseo de comprarnos. Más adelante
veremos cómo diseñar esos argumentos que despiertan el deseo en el/la cliente.
Las Motivaciones de
los/las clientes.
No
es fácil, generalmente, comprender a las personas y, en particular, a los/las
clientes.
Nuestra
educación nos conduce a analizar los acontecimientos de una manera lógica.
Cuando
las personas quieren explicar sus actos, se apoyan en la razón para justificar
su actitud, su comportamiento, su decisión. Es decir, que cada uno/a intenta
parecer racional frente a los/las demás.
Ya que estamos hablando en conceptos de Cliente-Proveedor,
enfocaremos esta explicación desde el punto de vista de las transacciones
comerciales, es decir el proceso de compra-venta.
Con
demasiada frecuencia intentamos comprender a los/las demás únicamente por
hechos o por actos admisibles solamente por la razón. Esto no es suficiente y
menos en el mundo de los negocios. Hay actitudes, comportamientos y decisiones
que se nos escapan y que debemos intentar comprender si queremos alcanzar el
éxito en nuestro terreno profesional.
Para
comprender mejor esto, vamos a estudiar algunos principios aplicados a las
motivaciones.
Podemos definir la motivación como un conjunto de fuerzas que
impulsa a los individuos a actuar (a los/las clientes a comprar), esto es,
originan conducta.
¿Cuáles
son las principales fuerzas que determinan a un individuo a la acción?
Las personas actúan únicamente por dos razones: satisfacer los
deseos o huir de los temores (el miedo)...
Sólo
existen dos modos de motivar a alguien para que haga algo: amenazarle con una
pistola o hacer que lo desee. Yo te recomiendo la segunda. Y, para hacer que lo
desee, hay que conocer las motivaciones que generan ese deseo.
Las motivaciones pueden ser de dos tipos: racionales (también las
llamaremos de negocio) o emocionales (que también las llamaremos personales). A
su vez, dentro de estas dos categorías se encuentran:
MOTIVACIONES
RACIONALES
(DE
NEGOCIO)
|
MOTIVACIONES
EMOCIONALES
(PERSONALES)
|
GANAR/AHORRAR
UTILIDAD
SEGURIDAD
GARANTÍA
|
PLACER
EGO
TEMOR
FIDELIDAD
|
Una
decisión se puede tomar solamente por motivos emocionales pero nunca por
motivos exclusivamente racionales. La mayoría de las veces será por una
combinación de los dos, pero tras toda decisión, siempre hay motivos
emocionales.
Las
motivaciones racionales representan el 10% de la decisión de actuar, mientras
que las motivaciones emocionales representan el 90% de esa decisión, aunque el
asunto sobre el que se esté tratando sea de lo más racional. Para explicar esto
se puede utilizar la metáfora del iceberg, del que sólo emerge una pequeña
parte (el 10%).
Las personas se sienten mejor expresando sus necesidades sobre una
base racional, por eso muchas veces se justifican ante sí mismas y ante los/las
demás. El/la vendedor/a que conozca esto, nunca se verá sorprendido por el/la
cliente y siempre podrá actuar eficazmente.
El
profesional de la venta que quiera satisfacer las necesidades de su cliente no
sólo debe identificar las necesidades sino también los motivos de compra, o
sea, las razones por las que elige comprar un producto y no otro. De manera que
si, durante la entrevista con el/la cliente, detectamos que lo que le motiva a
comprar nuestro producto o servicio es la utilidad del mismo, no nos empeñemos
en hacerle ver, por ejemplo, las ventajas del producto que atienden a un
motivador que no sea ese. Centrémonos en cómo le puede facilitar la vida. Por
esta razón, el/la vendedor/a debe estar atento para aprovechar la oportunidad
cuando perciba las motivaciones de compra del/la cliente y así reforzarlas con
buenos argumentos. No se deben hacer suposiciones, sino investigar las
necesidades y motivaciones del/la cliente para establecer exactamente qué
espera de nuestro producto.
Una vez identificados los motivos de compra del/la cliente el/la
vendedor/a debe argumentar en función de esas motivaciones, de esta manera
conseguirá amplificar los deseos expresados por el/la cliente, en definitiva,
argumentará de forma convincente y persuasiva. Pero esto lo veremos con más
detalle en próximos capítulos.
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