miércoles, 6 de mayo de 2015

"CURSO DE EXPERTO EN CALIDAD DE SERVICIOS Y ATENCIÓN AL CLIENTE: LA ARGUMENTACIÓN; EL ESTUDIO DE LA OFERTA"

Hemos cubierto una fase de investigación para obtener información sobre el/la cliente y ya la tenemos. Ahora vamos a presentar el producto/servicio de forma que satisfaga las necesidades, motivaciones y expectativas del/la cliente.

Argumentar es exponer al/a la cliente las ventajas que ofrece nuestro producto en concordancia con sus motivaciones y necesidades.

Pero muchos profesionales de la venta confunden argumentar con enumerar las características del producto o servicio que, en ese momento, están presentando, de tal forma que acribillan al/a la cliente de forma indiscriminada con lo que ellos creen que son buenos argumentos antes de conocer las necesidades y motivaciones del/la cliente.
Esto es lo mismo que intentar reparar un automóvil utilizando las herramientas de la caja conforme las vamos encontrando. Apretar una tuerca con unos alicates no es lo más correcto, pero hacerlo con un destornillador es imposible.
Por eso se dice que el mayor defecto que los/las vendedores/as menos buenos/as suelen cometer a la hora de argumentar es que siempre desarrollan los mismos argumentos, independientemente de quien sea el/la cliente que tienen delante.
Esta práctica es la que ha dado origen a la calificación peyorativa del/de la “vendedor /a charlatán/a”.

La argumentación de nuestra oferta debemos situarla en el momento adecuado, esto es, después de conocer las necesidades y motivaciones del/la cliente, y no antes.

Para ello habrá que plantear las preguntas adecuadas y escuchar las respuestas que nos asegurarán la información necesaria antes de abordar la etapa de argumentación.
La pregunta es: ¿qué argumentos tendrán mayor peso para nuestro/a interlocutor/a? Lógicamente aquellos que apelan a sus necesidades y motivaciones.

Como ya hemos visto, hay dos tipos principales de motivación que afectan a las decisiones de compra. Y sabemos por nuestra propia experiencia, que cuando compramos estamos reaccionando ante una combinación de factores RACIONALES y EMOCIONALES. En otras palabras, basamos nuestras decisiones de compra en nuestra percepción de la medida en que el producto satisface nuestras necesidades. Y decidimos comprar cuando hemos visto suficientes evidencias como para superar nuestras reservas y convencernos de que vamos por buen camino.

Así que, la persona que se está comunicando con el/la cliente debe presentar suficientes evidencias como para que sean relevantes dentro de la situación del/la cliente, facilitando la asimilación y percepción de éste.

 Esto significa que tenemos que:

1. Estudiar nuestro producto minuciosamente para identificar todos los beneficios o ventajas que contiene.

2. Recoger toda la información posible que sea práctica sobre el/la cliente. Encontrar su “punto de vista”, sus necesidades y motivaciones. Esta es la investigación de la que hemos hablado.

3. Establecer el enlace entre (1) y (2), los ARGUMENTOS

Para conseguir este enlace, vamos a utilizar una herramienta muy eficaz: “EL ESTUDIO DE LA OFERTA”. Se trata de una técnica que permite comunicar nuestra oferta de una forma más convincente, persuasiva y relevante para el/la cliente.

El Estudio de la oferta debe formar parte de la preparación de ventas, de tal forma que cuando hables con un/a cliente potencial tengas toda la información que necesitas para seleccionar los puntos más importantes y comunicarlos de la forma más efectiva.
Fases del Estudio de la Oferta
FASE 1:

Identifica todos los ATRIBUTOS o CARACTERÍSTICAS de:

·         El producto/servicio.
·         La empresa (sus recursos, trayectoria, red de oficinas, etc.).
·         Los servicios inherentes al producto/servicio y a la empresa (publicidad, facilidades de pago, etc.)
·         Y todo lo que de forma indirecta pueda beneficiar al/a la cliente.

Estas características son rasgos inamovibles del producto. Un paquete de cigarrillos contiene veinte unidades, el tabaco es rubio o negro, su precio es tanto, su tamaño son tantos milímetros, etc. Una casa tiene tres habitaciones, una superficie construida de cien m2, el suelo es de mármol de Macael, etc. Una pieza cualquiera puede medirse, pesarse, calibrarse, comprobar su dureza, elasticidad, etc. Son lo que el producto o la empresa es o tiene. Deben ser exactos y objetivos, preferentemente cuantificables, que se puedan verificar.

FASE 2:

Extrae de cada uno de los atributos y características todas las VENTAJAS y BENEFICIOS posibles.

Los beneficios no son tan nítidos como las características. Ese mismo paquete de cigarrillos significará cosas muy distintas según la persona que lo adquiera. Si es un expendedor: posibilidad de negocio. Si es un fumador adulto: satisfacción y status. Si es un adolescente: símbolo de emancipación. Los beneficios de un producto, puede decirse que son infi-nitos, pues están afectados por la creatividad. La casa que para uno es maravillosa, para otro es una birria. La pieza que para uno es vital, para otro es superflua. Las ventajas son lo que esas características hacen o para lo que sirven.

FASE 3:

Determina lo que cada una de las ventajas y beneficios significa para el/la cliente. Decide como se los puedes comunicar, de forma que el producto encaje en las necesidades y motivaciones del/la cliente. La “frase mágica” para darle una interpretación efectiva es:
“...lo que significa que usted...”.
A este último concepto lo llamamos:

BENEFICIO PERSONALIZADO.

En una situación en la que otra empresa competidora ofrezca productos o servicios similares al nuestro, el Estudio de la Oferta nos permite aprovechar al máximo lo que tenemos que ofrecer. Al/a la cliente, nuestra proposición le sonará más atractiva porque escuchará más beneficios relevantes para él/ella, incluso aunque nuestro producto o servicio tenga las mismas especificaciones que el de la competencia.

Es antiprofesional e inaceptable criticar a la competencia. El Estudio de la Oferta nos permite compararnos favorablemente con ellos sin tener que criticarles, ya que:

·         Presentando nuestra oferta de una manera profesional crearemos una buena predisposición psicológica hacia nuestro producto, mejor que haciendo una mala presentación de la competencia. Nuestra oferta marcará las diferencias.

·         Resaltando y engrandeciendo aquellas características y beneficios que son exclusivos de nuestro producto, o con los que se muestran más fuerte, indirectamente mostraremos que es mejor que la competencia.

Pasos de la Argumentación Eficaz
Para plantear el argumento conviene realizar tres pasos:

1. Demostrar que comprendemos las necesidades del/la cliente haciendo un resumen de las mismas y llegando a un acuerdo con él/ella.

2. Exponer las características, ventajas y beneficios personalizados de nuestro producto de forma clara y dirigida a satisfacer la necesidad del/la cliente y apelando a sus motivadores.

3. Buscar la conformidad del/la cliente, su asentimiento.

El primer paso a dar es establecer un “acuerdo-resumen” de las necesidades del/la cliente. Este acuerdo-resumen consiste en hacer ver al/a la cliente que hemos entendido perfectamente lo que quiere (incluso si es necesario, tomemos notas), más o menos en estos términos: "He creído entender que su situación (circunstancias, deseo, expectativas, etc.; evitar palabras como problema, necesidad, etc.) es esta y esta otra, ¿estoy en lo cierto?".

 
Otras frases para establecer un acuerdo-resumen pueden ser:

·         Estoy de acuerdo con usted en que es importante...
·         Entiendo perfectamente que le preocupe...
·         Veo que a usted lo que le interesa es...
·         Tiene toda la razón cuando dice que...
·         Etc.

Al manifestar comprensión hacia la necesidad del/la cliente, la realzamos y le damos a entender que lo que para él/ella es importante, también lo es para nosotros/as. Así predisponemos al/a la cliente con actitud receptiva, como preparación para el siguiente paso.

El segundo punto consiste en presentar los beneficios clave para satisfacer las necesidades del/la cliente.

La mayoría de los argumentos pueden expresarse de la siguiente manera:
“Como...(característ.), le permite...(benef.), lo que significa que usted...(benef. person.)” le proporciona... puede usted...

Ejemplo:
“Como esta mesa es extensible, le permitirá variar su tamaño en cualquier momento, lo que significa que usted podrá invitar al doble de personas sin problemas de espacio”.

Seamos breves. No presentemos más beneficios que los que el/la cliente quiere conocer.
El Estudio de Oferta no se hace para “bombardear” al/a la cliente con información tanto si la quiere como si no. Debemos utilizarlo para estar seguros de conocer todos los beneficios personalizados de nuestra oferta total y para que nos vengan rápidamente a la cabeza los argumentos más importantes para nuestro cliente. Estos son los que están relacionados con sus motivaciones de compra. O sea, si a un posible comprador de una mesa lo que le interesa y le motiva es que se pueda variar su tamaño, hablémosle casi exclusivamente de ello. ¿Por qué preocuparse del material de fabricación o del color, si el principal interés del/la cliente es conocer sus posibilidades de tamaño?
El tercer paso consiste en comprobar hasta que punto le interesa al comprador nuestra propuesta.

Se ha comprobado que cuanto más se consiga inducir al comprador a que manifieste su conformidad con el/la vendedor/a, tanto más aumenta su confianza en éste y tanto mayor será su compromiso con él/ella, con lo que estaremos desmitificando el momento de pedir su conformidad cuando llegue el momento del cierre.

 Así que cuando expliquemos algún beneficio personalizado, aprovechemos la ocasión para confirmar el interés del/la cliente y obtener su conformidad. Para ello podemos hacer preguntas como:
·         ¿Qué le parece esta ventaja?
·         Esto es lo que usted desea ¿no es así?
·         Es esto lo que le interesa ¿verdad?
·         Etc.

Después de haber hecho esta pregunta, deja que el/la cliente hable.
Veamos un ejemplo completo:

1. Veo que lo que le interesa es que su nueva mesa de comedor sea extensible.

2. Precisamente por eso le ofrezco este modelo. Tiene unas medidas en su posición normal de 160 cms. de largo y 90 cms. de ancho, con este mecanismo de fácil manejo que hace que la mesa se extienda hasta 210 cms., lo que significa que usted podrá invitar al doble de personas sin problemas de espacio, ya que en su posición extendida admite a un máximo de 12 comensales.

3. Eso es lo que le interesa ¿verdad?

Cómo debe ser la Argumentación Eficaz

Una argumentación efectiva posee cuatro características principales:

·         Ha de ser CLARA, para que sea comprendida. Por eso hay que evitar los tecnicismos y la jerga. Hay que expresarse con el mismo lenguaje que el/la cliente. Si no, él/ella no entenderá nada de lo que decimos.

·         Ha de ser INTERESANTE. Claro está, interesante para el/la cliente. Una presentación efectiva debe resaltar los beneficios que producirá el producto en el/la cliente. Debe adecuarse a sus necesidades y motivaciones. Y debemos hablar sólo de lo que le interesa a él/ella. Hay que centrarse en el/la cliente, no en el producto.

·         Ha de ser CREÍBLE. Cuando ofrecemos algo tan ventajoso, hay que explicar muy bien por qué tiene tantas ventajas. De lo contrario nadie nos creerá. Quien ofrece duros a cuatro pesetas sin más explicaciones, vende poco. Por tanto, no debemos mentir ni exagerar, los superlativos asustan. Mientras argumentemos, debemos mirar a los ojos del/la cliente. La mirada proporciona fuerza a los argumentos y nos permiten percibir mejor sus reacciones.

·         Ha de ser CONVINCENTE. Para convencer, hay que estar convencido uno mismo. Puede que nosotros/as no creamos en el producto que pro-mocionamos, pero hay que creer en que estamos proporcionando un beneficio a quien nos lo está aceptando.

Y recuerda: si puedes conseguir tu objetivo con dos argumentos no utilices tres.

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