domingo, 3 de mayo de 2015

"CURSO DE EXPERTO EN CALIDAD DE SERVICIOS Y ATENCIÓN AL CLIENTE: BENCHMARKING"

El Benchmarking es un concepto que se va introduciendo en el vocabulario de gestión con una frecuencia cada vez mayor. Si lo queremos decir sencillamente, es un medio de buscar las mejores prácticas que nos conducirán a una actuación sobresaliente dentro de nuestro ámbito profesional.
El proceso de benchmarking proporciona, sencillamente, un medio para que la empresa compare sus propias prácticas con las de las que se perciben como excelentes. Este proceso puede aplicarse a productos, servicios o incluso a procesos de fabricación y proporciona no sólo un medio de medición, sino también una base para establecer objetivos de mejora.
A continuación daremos una breve ojeada a los orígenes del benchmarking, a los pasos del proceso que debemos realizar y su aplicación a la mejora del componente “sentirse bien” del Servicio al/a la cliente.
Orígenes
Está ampliamente aceptado que el benchmarking fue desarrollado por Xerox Corporation en EE.UU. a finales de los años setenta y primeros de los ochenta. En un principio el proceso fue utilizado para examinar los costes de fabricación de productos seleccionados. Se comparó la actuación operativa y las características del producto de máquinas fotocopiadoras de la competencia, junto con un análisis crítico de sus procesos de construcción, fabricación y piezas componentes.
La empresa descubrió con horror que algunas máquinas de la competencia (principalmente japonesas) podían venderse por menos de lo que le costaba a Xerox fabricarlas. Este análisis obligó a la empresa a adoptar sistemas utilizados por sus competidores y trabajar con unos estándares radicalmente nuevos, que hasta la fecha se hallaban más allá de su “forma de pensar”. Fue tal el éxito de este enfoque que se fue refinando gradualmente, aplicándose a otras áreas del negocio.
El proceso básico del Benchmarking y su aplicación al desarrollo del Servicio al/a la cliente.

Para realizar eficazmente el proceso han de realizarse una serie de pasos a fin de obtener los beneficios completos del benchmarking. Si nos saltáramos cualquiera de estos pasos individuales o no se realiza debidamente de algún modo, todo el proceso se vuelve fatalmente imperfecto. Por lo tanto, es importante desde el principio que tengamos claro lo que implica cada uno de los pasos o escalones de la “escalera del benchmarking”


Escalón 1. La identificación del área sujeto del benchmarking
Como se ha dicho, la técnica del benchmarking puede aplicarse a, virtualmente, cualquier aspecto del negocio. Es necesario pensar en qué punto focal en particular deberíamos centrarnos para establecer el área sujeto. Queda claro que la elección final debería ser un área que sea crítica para el éxito futuro de la empresa, y que como resultado proporcione la posibilidad de un alta “recompensa”.
Habiendo señalado el factor “sentirse bien” como el área sujeto, ahora es importante establecer exactamente qué componentes contribuyen a él/ella en nuestro negocio concreto.
Veamos un ejemplo de componentes del Servicio al/a la cliente que contribuyen al factor de sentirse bien:
Componentes del
Servicio al/a la cliente
Importancia relativa
Disponibilidad de los artículos

Servicio post-venta y de respaldo

Trabajos de administración en la oficina

Manejo eficiente de los pedidos

Fiabilidad y tiempo transcurrido en las entregas

Disponibilidad de materiales publicados

Condiciones de garantía

Manejo del teléfono

Calidad de los contactos cara a cara


Antes de seguir adelante con el proceso nos será muy útil tener una cierta idea de la importancia relativa de estos diversos componentes. Una forma directa de hacerlo es mediante un cuestionario dirigido a una muestra representativa de nuestros clientes (en capítulos anteriores hemos visto la estructura más adecuada para realizar un cuestionario), de tal manera que puedan clasificar estos componentes por orden de importancia, donde el más importante ocupará el primer lugar y el menos importante el último.
Otro método que podría utilizarse sería invitar a la muestra de clientes a distribuir 100 puntos entre los factores componentes de una forma tal que indicara su importancia relativa.
Escalón 2. Identificar las empresas “benchmark”
Una vez que se haya identificado el área sujeto, se hace posible empezar a identificar las organizaciones con la que tiene sentido realizar comparaciones.
Aquellas que acuden inmediatamente a la mente es probable que sean los competidores principales.

De todas formas, el benchmarking se establece para luchar en busca de la excelencia, por lo tanto las empresas que tienen fama de una actuación de superior calidad en el área sujeto relevante, incluso si no se encuentran en la misma línea de negocios, deberán figurar también en el marco comparativo.

Escalón 3. Recoger datos comparativos
No existen unas reglas fijas respecto a la forma en que deben recogerse los datos. Tal y como hemos visto existe una vasta gama de técnicas de investigación que pueden ser utilizadas solas o combinadas.

Hay que decir que la recogida de información de benchmarking está fundamentalmente dirigida al exterior, pero en el caso de analizar el Servicio al/a la cliente, muchas de las medidas de actuación de nuestra empresa estarán disponibles internamente gracias a los registros de venta y cosas por el estilo. Aún así, que necesitemos algo de información externa para complementar la que ya está disponible.

Esta tarea de recogida de información, en conjunto, será significativamente más fácil si tenemos claro cuáles son las distintas fuentes de información para nuestro caso en particular. 


Que se trate bien este escalón concreto es de la máxima importancia porque todo lo que sigue está basado en los datos comparativos que se descubren en esta fase.
Escalón 4. Determinar el vacío de actuación
Los datos han de ser analizados a fin de que podamos evaluar la actuación de nuestra empresa frente a las prácticas de las empresas benchmark.

Ahora es posible utilizar de manera constructiva los datos recogidos en los escalones anteriores. Supongamos que ya hemos realizado la encuesta y nuestros clientes nos han manifestado su opinión, evaluando por orden de importancia los distintos componentes del Servicio al/a la cliente que antes expusimos. Así mismo, también hemos recogido información sobre la actuación de las empresas competidoras elegidas para efectuar el proceso de benchmarking.

 Veámoslo en el siguiente cuadro:
Componentes al servicio del cliente
Clasificación de los clientes
Nivel de actuación
     Malo             Excelente
Disponibilidad de los
artículos
1

2

4

Fiabilidad y tiempo transcurrido
en las entregas
2


3


Calidad de los contactos
cara a cara
3

2

4

Manejo del teléfono

4

2

4

Manejo eficiente de
los pedidos
5

2
3


Trabajos de administración
en la oficina
6


3
4

Servicio post-venta y
de respaldo
7


3
4

Condiciones de garantía

8

2
3


Disponibilidad de materiales
publicados
9

2
3



Notas: Nuestra actuación
            La actuación de la Empresa competidora.

Escalón 5. Establecer los objetivos de mejora

En esta fase debemos tener en cuenta dónde se encuentra hoy nuestra actuación y dónde necesita estar en el futuro.

Continuando con el supuesto anterior, algo de significado inmediato es la “disponibilidad de los artículos”. No sólo es la preocupación primordial de los/las clientes, sino que también es una de las áreas de mayor déficit frente a nuestro competidor.

Contemplando los demás elementos del servicio al/a la cliente, en cuanto a su clasificación por los/las clientes, podemos ver que la fiabilidad y el tiempo de las entregas no son mejorados, mientras que tanto en la calidad de los contactos cara a cara como en el manejo del teléfono se descubre que existe un vacío de actuación bastante ancho.

De esta forma, componente a componente iremos obteniendo pistas claras respecto a dónde existe una necesidad de mejora y, lo que es más importante, los estándares que son necesarios conseguir. 

Así pues, siguiendo con el ejemplo las áreas de mejora son:

1. Mejorar la disponibilidad de los artículos
2. Mejorar la calidad de los contactos cara a cara
3. Mejorar la atención telefónica
4. Mejorar las condiciones de garantía
5. Mejorar la disponibilidad de materiales publicados 

Escalón 6. Establecer planes y objetivos funcionales

Consiste en profundizar un poco más en la situación. Al analizar los motivos por los que los distintos componentes del servicio al/a la cliente están por debajo de los estándares de calidad, podemos identificar los objetivos funcionales.

Un método útil para dar forma a esta fase es recurrir a la técnica del “por qué-por qué”. Se trata de preguntarnos constantemente “¿por qué?” con cada uno de los componentes establecidos hasta que la respuesta no tenga sentido.
Sigamos con el ejemplo:


Como podemos ver el proceso de “preguntar por qué” desvela una cierto número de posibles razones para la no disponibilidad de producto. Sucesivamente aplicaremos este proceso con todos los componentes anteriormente analizados a fin de que podamos establecer objetivos y planes funcionales.

Escalón 7. Llevar los planes a la práctica y evaluar el progreso

El tiempo para la planificación ha terminado y es hora de que toda la preparación se convierta en acción. El progreso que vayamos obteniendo debe ser evaluado a fin de comprobar que las mejoras se están produciendo de una forma ordenada

Escalón 8. Sintonizar adecuadamente el programa de cambio

Es muy posible que, de vez en cuando, el proceso de evaluación de la fase anterior indique que el ritmo de cambio está perdiendo impulso, o que los problemas diarios están apartando a esta iniciativa de su objetivo original. En estas circunstancias será necesario realizar alguna sintonía correctiva para que todo vuelva a su lugar.

Escalón 9. Institucionalizar las mejoras
A medida que empiecen a aparecer los beneficios procedentes de la aplicación del proceso de benchmarking, deben ser integrados en el tejido de la organización. Así, por ejemplo, si se establecen unos nuevos estándares de actuación individual en una actividad concreta, estos estándares deben ser recompensados con distintas medidas. De igual forma, si, por ejemplo, se identifican mejoras en la administración, todos los procedimientos anteriores deben ser desacreditados.
De esta forma, el impulso y esfuerzos generales desarrollados por todos los miembros de la empresa para la aplicación del proceso de mejora, a través del benchmarking, se recoge en la vida de la organización como algo central e importante, no como una actividad periférica.
No olvidemos que el benchmarking es un proceso continuo de medición frente al mejor, que exige el mayor nivel de compromiso por parte de todos los que conformamos la empresa. El éxito sólo se alcanzará por medio de la aplicación y el trabajo duro.





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