martes, 28 de abril de 2015

"CURSO DE EXPERTO EN CALIDAD DE SERVICIOS Y ATENCIÓN AL CLIENTE:LOS PRINCIPIOS DE LA CALIDAD TOTAL"

Todas las empresas deberían planificar un nivel de calidad, presuponiendo que éste es el que va a satisfacer las necesidades de sus clientes (CALIDAD PREVISTA). Posteriormente entramos en contacto con el/la cliente, transmitiendo un nivel de calidad que consideramos el adecuado (CALIDAD SERVIDA). El/la cliente, a su vez, percibe según su valoración un nivel de calidad (CALIDAD PERCIBIDA).

Cuando estas tres calidades coincidan se está consiguiendo la CALIDAD TOTAL, la que consigue clientes repetitivos y fieles.

El problema nace al constatar que la calidad que hemos previsto no se corresponde con la servida y, en muchos casos, con la percibida por los/las clientes que es la que, en resumidas cuentas, nos debe interesar más.
Vacío de Calidad
Lo que el/la cliente percibe como calidad, es calidad. Siguiendo con esta línea de pensamiento, cabe hacernos una pregunta: ¿la calidad se define (Calidad Prevista) en términos de las expectativas del/la cliente? El lugar donde está el déficit por parte de la empresa el/la cliente lo percibe como un Vacío de Calidad.

La No Calidad o Vacío de Calidad puede verse como una consecuencia de los hechos en una determinada situación y de los enjuiciamientos respecto a las circunstancias que se dan en el entorno, ya que ambos factores influirán en las percepciones de los/las clientes.

Existen cuatro razones potenciales para que se produzca Vacío de Calidad:
·         Los directivos no saben lo que esperan los/las clientes.
·         No hay compromiso de la directiva para proporcionar lo que los/las clientes esperan.
·          Hay una actuación variable en satisfacer las expectativas de los/las clientes.
·          Las expectativas de los/las clientes son realzadas por las comunicaciones promocionales y la oferta no llega a la altura de estas expectativas.

Estas posibles razones para los malentendidos pueden hacer impacto ya sea individualmente o combinadas.

La No Calidad nos llevará con toda seguridad a la crisis. Algunos tratan la crisis como si de un constipado de invierno se tratara. Parece como si una buena mañana llegáramos a la empresa y preguntásemos: ¿Quién dejó ayer la ventana abierta? Ha entrado la crisis.

Podemos pasar en cuestión de horas, del éxito a la crisis y todo ello gracias a la capacidad que tenemos de auto-engañarnos, que nos lleva a culpar a causas externas la llegada de la crisis, cuando realmente hay muchas otras causas, las cuales existen dentro de nuestra organización.

Cuando formamos parte del personal que no tiene poder de decisión en la empresa, generalmente nos limitamos a ser meros observadores de la situación.

Pensamos que la directiva sabrá lo que está haciendo, mientras tanto, las personas que ocupan estamentos inferiores dentro de la organización con un poco de lógica y sentido común, quizás tengan la solución a muchos problemas.
Desgraciadamente, está claro que discrepar de la directiva, en algunos casos, puede parecer de kamikaze, siendo pocos los que cometen esta osadía ya que está mal visto discrepar del poder. Es por ello, que cuando llega la crisis casi todos comentan: “Yo ya lo dije ...” Claro, lo dijeron tan bajo que nadie se enteró.

La clave está que la empresa sea dirigida mediante una reconversión constante para evitar la reconversión por crisis.

Es de vital importancia que nos aseguremos que los vacíos de calidad, sea cual sea su origen, sean reducidos al mínimo o eliminados. Por lo tanto, en el análisis final, proporcionar servicio al/a la cliente se reduce a proporcionar calidad.

Por todo ello, debemos siempre tener presente algunas premisas fundamentales en lo que respecta al Servicio al/a la cliente a la hora de dirigir nuestro negocio:

·         Calidad es aquello que está en concordancia con las expectativas de los/las clientes.
·         El/la cliente percibe los errores que cometemos como Vacío de Calidad.
·         Desde el lugar del/la cliente se percibe de forma distinta la Calidad, que desde dentro de la empresa.
·         El nivel de exigencia de los/las clientes va aumentando periódicamente porque, cada vez, pueden escoger dentro de un abanico de ofertas más amplio.
·         El/la cliente espera el nivel óptimo de Calidad en todos sus contactos con el personal y las instalaciones.
·         El/la cliente no acepta excusas ni culpables.
·         El/la cliente aceptará algún error, si se le rectifica y recompensa de forma inmediata con una amabilidad y eficiencia sorprendentes.
·         El/la cliente no entiende de departamentismo. Sólo sabe de los beneficios que le aportará el paquete global de nuestro producto o servicio.
·         Quien paga nuestros sueldos son los/las clientes satisfechos/as y repetitivos/as.
·         Sin dedicación y concentración total, no es posible la Calidad a la primera.
·         Lo primero es el/la cliente y después todo lo demás, sea lo que sea.




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