La clave está aquí en
diferenciarse. BMW es un claro ejemplo de éxito en este caso. Condenada a
competir con potentes y lujosos Mercedes en similar segmento de mercado, BMW optó
por la diferenciación clara: automóviles menos grandes, ligeros y de imagen
menos formal y clásica, dentro de la misma calidad de motor y prestaciones.
Otro ejemplo claro es el
de la marca de calzado deportivo Reebok, que supo explotar con acierto durante
mucho tiempo su ventaja en el gusto de los consumidores.
En el momento que trató
de emular al líder Nike, asociado a una línea masculina, vio como Adidas
aprovechaba esa ventaja, desbancándola en el mercado. O se es el primero, o se
es muy diferente del primero. Medias tintas como las que mantiene eternamente
compitiendo por lo mismo a Coca- Cola y Pepsi o a McDonalds y Burge King no
garantizan el éxito, sólo la constante pugna por él.
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