Acompañan a una empresa
hasta que descubren que otra les atiende mejor. Y no es sólo cuestión de
precio, sino de servicio. Aquella que esté dispuesta a ofrecer una mejor
experiencia de cliente tiene las de ganar.
En este contexto,
gestionar que marca, es decir, hacer un branding rentable y eficaz se ha vuelto
un desafío complejo. Quizás haya llegado el momento de que las empresas
comprendan que el éxito y la consolidación de su marca no debe obedecer tanto a
la captación masiva de clientes y la obtención de grandes cuotas de mercado,
sino a la capacidad para mantener a sus propios clientes y hacerlos cada vez
más fieles a la propia marca.
El branding, hoy, debe
apuntar tanto a los nuevos mercados como a los mercados ya conquistados,
repletos de clientes dispuestos a presumir de fidelidad a la marca, pero
también más dispuestos que nunca a presumir de poder elegir entre miles de
ellas.
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